DE PRIMERO A PREU
(Andres Aberasturi)
Jugabais con ventaja. El primer día de primero ya os conocíais todos y yo era el novato que se escondía en Areneros bajo un flequillo tímido, detrás de una nariz.
En segundo y tercero, ya en Chamartín, viví a la sombra protectora de Luis Abad y probé el sabor amargo del primer “rosco” al decir de Patachula. Cuando López Sanz me miraba fijamente, daba miedo.
En cuarto, enamorado de Esperanza, suspendí todo menos el amor. La amenaza de expulsión y la academia Arana –que Dios confunda- hicieron que siguiera con vosotros: de una tacada aprobé el colegio y la reválida
En quinto comprendí que mi espejo tenía que ser Perico Armada. Pero ya vi que no. Así que puestos a elegir pericos, tiré más hacia Perico Anós. Me enamoré en secreto de la hermana de Hoces y me aprendí de memoria el soneto aquel de la nariz. Claro que Claro –Casado- me ganaba en tamaño, pero yo fui quien más lo padecí.
En sexto me hice agnóstico y me negué en redondo a admitir ni una sola de las 5 vías del buen Santo Tomas. El gran Maruri cambio de compañía y compañera.
En Preu me perdí la despedida; mientras las áspides se ocultaban en ameno jardín, a mi me extirpaban el apéndice y no hubo nada más.
Nos perdimos. O tal vez os perdí.
Hasta hoy. No ha estado del todo mal.