Queridos compañeros: Como ya sabeis, el pasado 1 de Diciembre de 2022 falleció nuestro compañero Enrique Llaneza.
Julio Tudela se ha encargado de organizar un funeral que tendrá lugar el próximo Viernes 13 de Enero en la iglesia de Areneros a las 19,30 h.
Unas notas de despedida para nuestro buen amigo y compañero Enrique Llaneza González. Promoción de 1964-65
Aprovecho la ocasión de la próxima realización del funeral de nuestro amigo “Kike”, para recordarle con unas pequeñas notas de los muchos buenos momentos, los más, compartidos con él a lo largo de su vida. Además quisiera indicar que él era padrino de mi hijo Julio.
Estos recuerdos comienzan en el cine Torre de Madrid con la película, “Los Bucaneros”, donde nos llevó mi hermana Piluca para festejar mi décimo o un décimo cumpleaños y que el siempre recordaba para asombrar, a quien fuera necesario, cuando había empezado nuestra común andadura en esta vida.
De estos primeros tiempos es esta foto, en el colegio del Pilar, del equipo de fútbol con el Padre Torralba, incluyendo a ……………, Ramon Fresneda, Bolete, Álvarez de Castro, yo mismo, Alberto Nadal, José maría Torralba, José maría Serrano García, Kike, José luis Galván de Granda y Joaquín Guibert Vara del Rey.
Después ya sólo jugaba con el equipo de “letras”, en quinto o sexto de Bachillerato con Juan Martín Lucas, José Cobián, Javier Montoto, Manolo Armijo, entre otros más, que ya me cuesta recordar.
Un poco más adelante vivimos intensamente la época de los guateques, incluso en su casa de Víctor Pradera, con su prometedora hermana Rosina. Es en esta época donde no destacaba precisamente nuestro amigo Kike por comerse muchas “roscas”, alguno pensará en las “Muskildas…… y además, porque tampoco ponía mucho esfuerzo en estas lides. Si me leyera, cuantas cosas no me soltaría …..
Desde aquí pasaría yo, por su época estudiantil, con sus manías por ponerse en la primera fila de los cines, sus técnicas en la fotografía, y que finalizaría, al fin, con su matrimonio, bien deseado y largamente esperado por sus amigos, ya que casi nos quitaba las novias.
Ya en la madurez no puedo por menos referirme a sus dos hijos, Luis y Paula, que son los que más han lidiado con él en este último trance, afortunadamente no largo, pero inexorable que le ha llevado a abandonarnos.
No podremos ya desayunar con él como hacíamos periódicamente desde hace más de un año, cuando empezó su “calvario” ni gozar de la profunda amistad con la que, a todos sus innumerables amigos nos ha distinguido.